Okazaki Tomoya, un melancólico estudiante de tercero al que la suerte, desgraciadamente, no le sonríe: su madre murió cuando él era joven, dejando así su custodia a Naoyuki, su padre, quien al verse afectado por esta trágica pérdida acaba hundido en el juego y el alcohol. Las relaciones padre-hijo se complican hasta el punto en que Tomoya decide frecuentar su casa lo menos posible, desarrollando una personalidad cerrada e indiferente, llena de conflictos interiores y deseos de superación.